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Como cada año las manifestaciones de esperanza, amor y deseos no se hacen esperar y aumentan con la llegada de la víspera de navidad, así que miles, incluso millones de personas utilizan la creatividad para que esos deseos se eleven a los más alto del firmamento y según la creencia personal de cada quien lleguen para ser concedidos.
Un globo con helio, en determinadas condiciones meteorológicas puede llegar a ascender hasta 10 km de altura, desplazarse durante 24 horas, y recorrer hasta 3000 km de distancia. Por lo tanto, los globos tienen un radio de dispersión muy amplio que hace impredecible su destino final. Considerando que cerca del 70% de la superficie del planeta está cubierta por agua, la probabilidad de que los globos terminen en lagunas, lagos, ríos o en el mar es muy alta lo que resulta en una conclusión simple: la contaminación de dichos cuerpos de agua y la afectación a la fauna del ecosistema.
Pese a las cientas de recomendaciones ambientales en muchos países la omisión se sigue haciendo presente y nuestra bahía no fue la excepción, ya que el hotel “Velas Vallarta” decidió realizar una actividad en la playa lanzando globos al cielo con cartas donde inscriben: “Nosotros ya enviamos la carta a Santa. ¿Quién pidio unas vacaciones con nosotros?”
La SEDEMA así como diferentes instituciones ambientales han realizado recomendaciones para que esta actividad termine por el daño ambiental que genera.
Un efímero momento de felicidad para algunos puede terminar siendo un grave problema y una muerte lenta para otros.
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