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El miércoles pasado un grupo de personas se manifestaron dentro de las inmediaciones de la CNDH, entre ellos, la señora Marcela Alemán, quien se amarró de una silla en la sala de reuniones exigiendo justicia para su hija Lya, quien en 2017, y con tan sólo 4 años de edad, fue abusada sexualmente en el kínder al que asistía, en San Luis Potosí. Y según, a pesar de tener pruebas suficientes, las agresoras, dos maestras que laboraban en ese colegio, siguen libres. Otra de las manifestantes fue Silvia Castillo Hernández, madre de Alan Ibarra Castillo, joven que desapareció el 23 de marzo de 2019, y a los pocos días apareció muerto con signos de tortura, también en San Luis potosí.
Luego de negociar con Rosario Piedra Ibarra, titular de la dependencia, la mayoría de personas salieron del edificio el día jueves 03, a excepción de Silvia Castillo, quien para el día viernes era la única manifestante, sin embargo, aproximadamente a la 1:00 de la tarde, integrantes feministas que apoyaban desde afuera, ingresaron para continuar con la toma del lugar, y exigir justicia para las víctimas.
“Ya se tomó la CNDH. Son muchísimos casos de desaparición y de feminicidios, vienen para acá más familias, y hasta que no se resuelvan sus casos, no vamos a salir”, comentó Mónica Esmeralda Caballero, integrante del colectivo “Ni Una Menos México”.
La activista también señaló que las instalaciones fueron tomadas de manera pacífica por varios colectivos feministas que se unieron a la causa, pero que el ambiente es hostil debido a la presencia de policías que las tienen rodeadas e intentan reprimirlas.
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